WYCOMBE, UNA SUPPORTERS’ TRUST Y EL SER DIFERENTES

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Las excepciones siempre suman. Ser distinto, por la razón que sea, suele ser una ventaja. En Inglaterra, la Revolución Industrial marcó una era. Cada ciudad se especializó en una industria, y por eso muchos equipos de la Football League conservan apodos ligados a su pasado fabril, como Northampton, Sheffield United, Burton Albion o Wycombe Wanderers.

En High Wycombe, la industria de la madera -y en especial la fabricación de sillas- marcó profundamente la identidad local. De ahí nace el apodo del equipo de Adams Park: The Chairboys. Hoy, el Wycombe atraviesa un momento dulce, y basta con mirar la tabla para comprobarlo.

Sin embargo, esta historia también tiene su lado oscuro. Para entenderlo, hay que retroceder a 2012. Aunque, para ponerlo en contexto, vale otro pequeño repaso.

En 1993, Martin O’Neill -sí, el actual seleccionador de Irlanda- llevó al club al profesionalismo. Ese año dejaron la Conference para ingresar a la Football League. Desde entonces, el Wycombe osciló entre League One y League Two, sin una dirección clara. Hasta que, en 2012, tras un nuevo descenso a cuarta categoría, Steve Hayes vendió el club… a sus propios aficionados.

La Wycombe Wanderers Supporters’ Trust es la máxima autoridad en la gestión del club. Esta organización elige democráticamente a los responsables del club, y para formar parte de la directiva, los socios deben abonar una cuota anual de 10 libras, lo que les permite influir en las decisiones a través de asambleas.

El camino no fue fácil. La entidad estaba profundamente endeudada, lo que obligó al cierre de su cantera para reducir costes. Aunque este sacrificio impidió la producción de jugadores, el último en llegar a la élite fue Jordon Ibe, ex extremo del Liverpool y actual jugador del Bournemouth. Actualmente, el Wycombe solo cuenta con un equipo masculino y uno femenino, ambos senior.

El aumento de los gastos también incrementó el presupuesto del club. La Supporters’ Trust asume la responsabilidad del mantenimiento de las instalaciones, y muchos aficionados se ofrecen como voluntarios para cuidar del césped, gestionar los puestos de comida, las taquillas y otros aspectos del estadio.

A pesar de ser uno de los equipos con menor presupuesto en League Two, Wycombe enfrenta el desafío adicional de no tener equipos filiales. Para la Supporters’ Trust, financiar traspasos no es tarea fácil, lo que obliga al entrenador a tener un perfil muy claro de jugador. Gareth Ainsworth y su cuerpo técnico se encargan de esta tarea.

Ainsworth, quien llegó al club hace ocho años como jugador para cerrar su carrera, se convirtió en entrenador debido a la falta de estabilidad en los banquillos. Su vasta experiencia como futbolista fue un gran aliciente para asumir el cargo, y su presencia en la plantilla le permite, en caso de necesidad, jugar algunos minutos en situaciones de lesión o sanción.

Hoy en día, Ainsworth es un referente en la historia del club. Su política de fichajes se limita a futbolistas libres o cedidos que necesiten minutos o se encuentren en proceso de recuperación. Además, no duda en explorar el mercado de las categorías inferiores de la Non-League para complementar su plantilla.

Para el Wycombe, construir una plantilla competitiva y luchar por el ascenso no es fácil. Sin embargo, los últimos años bajo la dirección de Ainsworth han dado esperanza a los aficionados de los Chairboys. Hace dos temporadas, estuvieron cerca de lograr el ascenso, quedando cuartos en la clasificación regular y cayendo por penaltis (8-7) ante el Southend en la semifinal de los play-offs. Fue un golpe duro, pero la plantilla logró recuperarse.

Este año, la situación parece más prometedora. Con un buen rendimiento futbolístico y estabilidad económica, el Wycombe ve más aficionados en Adams Park. Actualmente, los de Ainsworth ocupan la quinta posición, y las expectativas siguen creciendo con cada partido.

Entre los jugadores clave están Jamal Blackman (portero titular), Joe Jacobson y Anthony Stewart (fundamentales en defensa), Matt Bloomfield, el joven Scott Kashket (máximo goleador del equipo con 14 goles) y el siempre especial Adebayo Akinfenwa. Sin embargo, lo que realmente distingue a este Wycombe es la presencia de los jugadores más longevos de las cuatro primeras categorías: Barry Richardson, con 45 años, como portero, y Gareth Ainsworth, de 43 años, quien es el alma del equipo como entrenador, capitán y jugador.

Richardson, Ainsworth y Bloomfield. Tres hombres con algo en común, pero únicos a su manera. Es una sensación especial ver a estos veteranos en la misma plantilla. Y junto a ellos, el imponente Adebayo Akinfenwa. Este tipo de historias son las que realmente nos atraen en BRITmanía Radio. A simple vista, el Wycombe puede parecer un equipo más, pero al profundizar, se convierte en algo diferente. Y eso es lo que hace que sea especial.

✍️ Pablo Cartas

💻 Juani Guillem

🗓️ (26/01/2017)

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Redacción Ligas Menores

La esencia y el corazón del fútbol inglés. Apasionados por transmitir lo que sucede en Championship, League One, League Two y Non-League.

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Un comentario sobre «WYCOMBE, UNA SUPPORTERS’ TRUST Y EL SER DIFERENTES»

  1. Joe Sampson

    Great article, Pablo. You write very well indeed. I’ve learned lots of things here that I didn’t know before. Thank you.

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